Infraestructura urbana y obra pública en las comunidades

Infraestructura urbana y obra pública en las comunidades

Enmedio de la pandemia causada por el nuevo coronavirus SARS-CoV-2, hoy más que nunca la construcción de obra pública e infraestructura debería ser una de las principales vías para que municipios y alcaldías reactiven su economía y generen trabajo en sus demarcaciones.

Pero, ¿a qué nos referimos cuando hablamos de obra pública? Vamos a llamar obra pública a toda la infraestructura que se desarrolla en espacios donde se llevan a cabo actividades sociales; ésta debe ser planeada, supervisada y gestionada por los gobiernos locales, estatales o federal, según sea el caso.

Esta definición engloba caminos y carreteras; equipamiento urbano, banquetas, vialidades, semáforos, señalizaciones, tratamiento de agua, manejo de residuos e infraestructura social, como centros de salud o centros deportivos y culturales.

El desarrollo de ciudades sostenibles y la reducción de las desigualdades son dos de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible trazados por la Organización de las Naciones Unidas (ONU). En México desde 2014 existe la Estrategia Nacional de Movilidad Urbana Sustentable donde los tres órdenes de gobierno realizan acciones que involucran infraestructura urbana. El resultado son iniciativas como la Nueva Agenda Urbana.

De acuerdo con Rodrigo Luis, director general de IngeniaMX, asociación civil que asesora a los gobiernos en el diseño arquitectónico de construcciones inteligentes: “Los municipios tienen poco margen de maniobra presupuestal, sin embargo cuentan con toda la capacidad de crear proyectos viables en beneficio de su comunidad”.

El gran reto para los gobiernos es pensar, planear, desarrollar, financiar y mantener proyectos que doten a las comunidades de obra pública con una visión incluyente y sostenible a largo plazo. Un elemento básico es contar con proyectos arquitectónicos y ejecutivos completos. El primero, contiene los elementos generales de la obra y el segundo los detalles de construcción como materiales, tiempos y costos.

En la actualidad, los gobiernos y la sociedad en general, deben aprovechar los espacios que brindan las tecnologías de la información para delinear un diseño de obra participativo para que más ciudadanos se involucren en los asuntos de la vida común. El proyecto final deberá responder en todo momento a las necesidades de la comunidad.

En entrevista para la revista Alcaldes de México, la directora general de Promoción Turística de Jalisco, Rocío Lancaster, mencionó que “la obra pública incluyente implica la transformación del entorno, lo cual promueve la igualdad y el bienestar de la población. Un proyecto de infraestructura pública debe humanizar los espacios”.

La obra pública y la infraestructura urbana tienen como finalidad común el avance de las comunidades. Si en tu demarcación estás pensando ejecutar un plan que implique suministro, mantenimiento o puesta en operación de equipos de alta tecnología en materia de infraestructura urbana, movilidad, salud o seguridad pública, acércate a LUMO Financiera del Centro.



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