Gasto en el sector publico

Gasto en el sector público

 

“Gobernar con austeridad”.

Por: Alejandro Aragón

Business Sales Support en LUMO Financiera del Centro

Esta oración se ha vuelto el precepto básico en la administración pública en sus diferentes niveles de gobierno y esto se refiere al uso eficiente y ordenado de los recursos públicos disponibles, pero ¿por qué nos importaría tanto?

Antes de ahondar en el tema debemos entender como se constituye un Estado (Art. 40 y 41 de la CPEUM) y no lo confundamos con alguna de las 32 Entidades Federativas que lo componen, a éste lo conocemos como: Estados Unidos Mexicanos o México como se le llama popularmente en el mundo y está compuesto por: Población, Territorio y Gobierno.

Para dejarlo claro: La población son los individuos gobernados en un territorio compuesto por 32 entidades federativas que contienen 2,460 municipios y 13 Alcaldías unidos en un pacto federal y dirigidos por la Administración Pública en sus 3 niveles de gobierno: Federal, Estatal y Municipal.

Con lo anterior esclarecido la sentencia inicial comienza a tomar sentido, aunque surge la duda; ¿cómo es que el gobierno logra dirigir al país? La respuesta: “Administración pública”, pero; ¿cuál es su función? Fundamentalmente es la de establecer, fomentar y vigilar la relación estrecha entre el gobierno y los gobernados apoyado de las instituciones públicas y sus funcionaros.

En otras palabras: la administración pública es el aparato de gobierno en donde el poder político y administrativo ayudan a gestionar al estado para lograr su principal objetivo: Bienestar social que será traducido como mejoras en las condiciones sociales y económicas de sus gobernados en sus diferentes ángulos que van desde salud, seguridad, educación y vivienda por citar algunos (derechos sociales).

Para que la administración pública cumpla con su labor es necesario echar mano de recursos, no solo humanos sino también económicos y es aquí donde la tributación juega un papel secular, ya que por medio del cobro de impuestos ya sean directos o indirectos (los primeros gravan la riqueza y los segundos el consumo) por parte de la población, es posible captar todos estos recursos que serán usados para financiar todos los planes, programas y proyectos que el gobierno pretenda ejecutar para cumplir con su objetivo y que se encuentran plasmados en el Plan Nacional de Desarrollo.

Este dinero al ser aportado por todos y cada uno de los gobernados en automático se le consideran recursos públicos. Por este motivo el gastarlo de manera eficiente, ordenada y transparente se vuelve un tema secular en la administración pública.

Bajo la observancia del Consejo Nacional de Armonización Contable (CONAC) que tiene como objetivo el emitir las normas contables y lineamientos para la generación de información financiera aplicable a los entes públicos, es posible observar como se gasta el erario, ósea nuestro dinero; así que para hacerlo rendir y gastarlo bien hay que planear ya que de ello depende el cumplimiento de nuestro principal objetivo, el bienestar social.

El gastarlo bien no es solo cuestión de arrendar, comprar o contratar lo más barato, sino que se trata pagar por los mejores bienes y servicios, ya que lo que aparentemente parece una gran opción resulta ser sumamente más costoso, un ejemplo de ellos es la adquisición vehículos, puesto que el ente público es aquel que asume los costos de las descomposturas, aseguramiento y depreciación; por citar algunos ejemplos, y que en el corto y largo periodo se vuelven un lastre para las finanzas públicas y se traducen en más gastos que no siempre se pueden programar o prever de manera atinada.

El hacer más con menos es una de las premisas más importantes por parte del gobierno, buscar ahorros, menores gastos, programar pagos, se han vuelto uno de los mayores retos de la administración pública, pues el gastar bien no siempre es sencillo.

Buscar mejores e innovadoras opciones en los bienes y servicios, vislumbrar todo el espectro que el mercado empresarial ofrece y estudiar los beneficios de lo contratado por el gobierno, así como transparentar las contrataciones públicas habrá de enriquecer este ejercicio en pro de la mejora del gasto público.

En LUMO Financiera del Centro contamos con productos como el arrendamiento puro, mismo que permite la programación del gasto, evitando así la descapitalización y el desembolso de grandes cantidades de dinero para tener la disponibilidad de los bienes por parte de los entes públicos, acércate a nuestro equipo de expertos y conoce más



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