31 Mar Beneficios de un arrendamiento y cuáles son los tipos que existen

Empecemos dejando en claro lo que es un arrendamiento. Se trata de un contrato en el cual, una entidad o persona, cede un bien material a otra entidad o persona, a modo de renta. Es decir, una empresa que se dedica a arrendar, le facilita un grupo de ambulancias a un hospital, por poner un ejemplo, y este paga una renta por estos vehículos durante un periodo determinado. Pero, ¿Por qué arrendar y no comprar los bienes? A continuación, explicaremos cuáles son los beneficios que otorga el arrendamiento.

• La empresa arrendadora cubre el costo total de los bienes que pone en renta y lo que conlleve su adquisición. Provee los recursos necesarios para la obtención del bien y quien arrenda únicamente se preocupa por cubrir la renta mensual o en función del contrato.

• Renovación constante de equipo y tecnología al terminar cada contrato, reduciendo el riesgo de almacenar bienes obsoletos y con dificultad de recuperar su inversión.

• No implica créditos, es decir, se trata de una cuenta diferente. Con esto, la línea de crédito se mantiene disponible para otros fines de diferente sesgo como la compra de materiales o materia prima o cualquier requerimiento de la empresa según sea su giro.

• Al igual que el crédito, el efectivo de la empresa se mantiene estable, a diferencia de la adquisición de los bienes en forma de compra, donde se tendría que realizar un gasto mayor, y la liquidez o el crédito disponible de la empresa se verían afectados.

• Los arrendamientos son 100% deducibles de impuestos. Esto es un beneficio fiscal y uno de los mayore beneficios del arrendamiento. En lugar de que los bienes adquiridos se capitalicen y deprecien con el tiempo, al arrendarlos no tendrás preocupación alguna por ello, al contrario, podrás justificarlos como un gasto operativo y hacer su deducción correspondiente.

• La adquisición de los bienes se realiza de manera inmediata, siendo esta una ventaja para los que van empezando y necesitan equipo de trabajo.

• Se adaptan a las necesidades y capacidades de cada persona o empresa, estableciendo plazos flexibles y establecidos por contrato.

• Le das un mejor rendimiento a tus activos y obtienes un indicador de utilidades superior.

Existen tres tipos de arrendamiento, principalmente:

• Arrendamiento puro: también conocido como operativo o de servicio, donde el arrendador le concede al arrendatario el uso de algún bien durante un tiempo determinado y se establece una obligación de pagos periódicos. Este tipo es ideal para la adquisición de equipo de oficina y transporte, con la condición de regresar el equipo al finalizar el contrato y siendo renovado al adquirir otro arrendamiento nuevo.

• Arrendamiento Financiero: es similar al anterior, con la cualidad de que el arrendatario se compromete a solventar los gastos de los activos adquiridos, ya se mantenimiento, pago de impuestos o seguros. Se realizan a largo plazo, y al finalizar el contrato, el arrendatario cuenta con varias opciones respecto al activo arrendado:

1. Seguir con el contrato y con los mismos activos sin renovación, pero con una renta mensual menor.
2. Adquirir los activos a un valor inferior y terminar con el contrato.
3. Realizar la venta externa de los activos y llegar a un acuerdo con el arrendador.
4. Renovar el contrato con equipo nuevo.

• Compra-Venta y Arrendamiento: es conocido como retroarrendamiento y se trata de la adquisición de un activo, en su mayoría de un inmueble, para después venderlo a una arrendadora, con el acuerdo de arrendarlo. En otras palabras, una empresa adquiere un inmueble, la vende de inmediato a una arrendadora y le pide un arrendamiento por ese mismo inmueble, como un ciclo. Esto se hace con el fin de que la empresa obtenga liquidez y beneficios fiscales al arrendar y deducirlo de impuestos.

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